miércoles, 6 de abril de 2016

YO TAMBIÉN FUI INFIEL



Tengo que reconocer que la manera mas fácil de darnos cuenta de lo humanos que somos es con nuestros errores, y eso solo lo aprendí equivocándome. Como mujer que se respete, yo no hacia mas que criticar a los hombres mujeriegos, y les imputaba palabras malsonantes, que ensalzaban sus aptitudes de perros.

Hasta que un día... yo también fui infiel.

Y ese día todo en mi vida cambio, descubrí el placer de ocultarse y sentir subir la adrenalina por la espalda. Ese día volví a nacer,  y lo digo de esta manera porque a partir de ahí abrí los ojos a la realidad de que todos somos humanos y cualquiera se puede equivocar.

Y es que juzgar es lo mas simple, pero llegar a vivir el momento crucial y tomar la decisión acertada es complicadisimo. Se que no hay justificación alguna para ser desleal, pero dime tu que haces si por casualidad encuentras eso que buscas en tu casa y no aparece, sin estar escarbando, se da una oportunidad disfrazada de ternura, de esos besos que ya no se reciben, de esas caricias que se agotaron con el tiempo, que hacer cuando hay alguien que siente una loca sed por ti...

Sucumbí al delito, y fue allí, en medio del error, donde puede ver que al igual que tu yo también se errar el camino, se equivocarme con letras mayúsculas, se andar por donde no es, y eso no me hace ser el diablo.

Y aprendí la lección mas grande: antes de juzgarte, debí ponerme en tus zapatos, debí hablar de lo que sucedía, debí ser tu.

Yo también fui infiel... y sentí tantas cosas distintas, pero nada fue como tu.


Ratch Kendel

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