lunes, 11 de diciembre de 2017

HECATOMBE


Quisiera decir que hoy destilo amor pero no es verdad: hoy destilo veneno, del mas puro y letal. No me interesa arrastrar con el que se me pase por el camino, deseo la muerte lenta y agonica de los sentimientos guardados para ti y otros tantos.
Siento como la ponzoña recorre mi alma, arrancando a pedazos la poca humanidad que me queda guardada, mi corazón expira poco a poco, y se convierte en una fuente inagotable de desprecio e ironia.
Ya no hay sonrisas, solo sarcasmos, la filantropia se fue a la basura junto a las ganas de compadecer al mundo...
Riego ante el mundo entero mi mala leche y las ganas incontenibles de gritar se desbordan, ya nadie puede contenerme, nisiquiera tu. Soy mi propio apocalipsis en desarrollo...

Ratch Kendel

...

Por supuesto. Recuerdo perfectamente haber estado profundamente enamorada, un poco más allá de lo posible. Y fue maravilloso mientras duró, pero duró bien poco, lo que dura el agua entre las manos... nada.
Y de hecho  nada es mucho, porque la vida nos resume el tiempo en segundos para luego borrarlos con lo peor de su calaña. Ahora soy un poco más felíz pero vivo del amor profundamente desilucionada.
Vivo un día a la vez, una desilución al tiempo. Es poco probable que alguien vuelva a convencerme de lo maravilloso que puede llegar a ser sentir cosquillas en la panza, y la verdad es que a pesar de ser mi culpa, por andar de ilusa y tonta, hoy no creo en las bonitas historias de amor que terminan en finales medianamente felices... eso no es más que una maravillosa utopia.
Y digo medianamente felices porque en esta vida imperfecta en verdad es inutil soñar con algo completo, porque a la larga los sueños rara vez se cumplen, y cuando eso sucede es a medias, simplemente magnificamos lo que medianamente alcanzamos y somos felices con ello.
Alguien decía que la felicidad es aprender a ser feliz con lo que se tiene y lo que no... practico pero mediocre.

Ratch Kendel