jueves, 22 de octubre de 2015

ALGO EN COMÚN

Llevo medio día escribiendo esta entrada, y ya he borrado por lo menos veinte párrafos distintos con algo en común: Tu¡
y te sentirás feliz al pensar que no tengo mas que hacer que pensar en ti e intentar encontrar las palabras adecuadas para expresarte lo que siento, y no estas muy lejos de la realidad...no hago más que pensar de que manera me voy a desahogar. 
En principio te insulte, escribí palabras que me hubiesen censurado, y clausurado este lugar, pero luego dije, caray que vulgar¡ Si mi abuela me leyera me lavaría la mente con jabón y desinfectante, así que borré todo y volví a empezar.
Luego resalté tus grandes defectos y peores virtudes, he de reconocer que exageré un "poquito" nada más, y cuando hube terminado de enumerar tu parte desagradable me di cuenta que también yo tengo la mía, que cometo muchísimos errores y mi lista de desaciertos en casi interminable, y probablemente mas larga que la tuya, por lo tanto borré todo y volví a empezar.
Y así he pasado la tarde escribiendo y borrando, y repitiendo el proceso una y otra vez, barajando palabras una tras otra, borrandolas y volviéndolas a acomodar, y en ese tira y afloje de aciertos y desaciertos, de escribir y parar de contar, descubrí que escribir es mi medicina aunque las palabras no lleguen a la luz, y que te pienso todo el día, y te juzgo duramente como si yo fuese perfecta, cuando me equivoco día si y día también.

Ratch Kendel

jueves, 15 de octubre de 2015

DETENIENDO UN HURACAN



Siempre esperando lo mejor... 
así vives tu vida, viendo con buenos ojos la tempestad.

Si bien es cierto, dicen hay que ver el vaso medio lleno y no lo que tiene de vació, hay momentos en la vida en que debes parar y considerar los hechos.
El amor es grandioso, pero no detiene la lluvia de insultos.
La paciencia es una gran virtud, mas no impide que se desate una tormenta de maltratos.
La constancia logra lo que la dicha no alcanza, sin embargo no detiene la ira que se te viene encima cual avalancha.

¡Para un segundo!
Solo tu puedes detener el huracán de constantes desengaños y palabras soeces.
Solo tu puedes hacer tu vida desdichada o alegre.
Tu tienes el poder de ser libre.

¡Decide ser tu! 
Decide quererte.
Cierra los ojos un momento...
Piensa en cuanta gente hay a tu alrededor que verdaderamente te quiere.

¿Ves cuanto vales?
Eres grandiosa, fuerte y poderosa.
Mírate al espejo y ve mas allá.

Mereces el mundo entero rendido a tus pies,
mereces noches grandiosas acompañadas de amaneceres luminosos llenos de clama, 
mereces ser feliz.
Así que párate firme, extiende tus manos y detén el huracán de tus miedos y tradiciones.
No le permitas seguir con su huella de destrucción arruinando tu vida.
Tu puedes hacerlo.
Se feliz, se libre y sueña.

Ratch Kendel