Que tal sí nos dejamos llevar a ese mundo mágico que hay en tu interior. Si nos acercamos poco a poco hasta quedar tan pegaditos que tu límite y el mío se fundan en un solo renglón.
Ven... acercate que ya la mente se me calentó y no puedo parar. Llevas todo el día tentandome entre líneas y tu que me conoces bien sabes como me enciende sentir tu contoneo febril.
Ya es tarde para arrepentimientos y dolores de cabeza fingidos. Además ya sabes lo que te espera entre mis manos y la magia que mis dedos pueden llegar a ejercer en tu lisa piel.
Hoy estas de digno, pero nadie mejor que yo sabe como hacerte sudar cuando te sujeto con firmeza.
Y ahora que ya nos pusimos de acuerdo después de un día de estar evitandonos en medio de coqueteos y caricias sutiles, querido lápiz pongámonos a escribir.
Ratch Kendel
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