Sentado en la calle de tu vida,
pasa el tiempo sumido en la nada
viendo transitar tus ideas
en los andenes de tus andadas.
Algunos días el sol alumbra
y tu calor le inunda el cuerpo
desterrando la inmensa penumbra
que deja a su paso el mal tiempo.
Pero son más los días sombríos
en que la lluvia cae sin cesar,
mojando todo a su paso,
trayendo tristeza al pasar.
Tirado en el suelo de tu existencia
levanta la mano y pide limosna,
pero no de dinero o riqueza
sino de tu amor y recibe una lisonja.
Con el vestido roto,
sucio y ajado de tanto esperar,
buscando de ti un beso loco
que se te escape al pasar.
Sediento y hambriento esperando
una muerte por inanición,
besos y caricias anhelando
como su tabla de salvación.
Pero los días pasan
sin que voltees a mirar
a este amor mendigo que te llama
sin que lo vuelvas a amar.
Ratch Kendel
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