Que tiene la venganza que nos atrae como a las polillas la luz. Esas ganas de ver como devolver dolor con dolor a veces son irrefrenables, por discutible que pueda ser.
Venganza saboreo tu nombre entre mis labios, y como si de un buen manjar se tratará te degusto y gimo de placer.
Pensar en ti, mi amada venganza, me tiene despierta hasta el amanecer. Me abrazas y me a tropas y me llenas de calidez. Amo tus susurros, llenos de ideas que a mi no se me hubieran podido ocurrir.
Me aferro a tu cuerpo frío, llena de deseo por devolver cada golpe con saña, ira y dolor. Pienso en ti, venganza y me corre un río de placer.
Algún día tendré que dejarte y lo sabes, verdad? Lo nuestro no es un "para siempre" y no prometí nada que no pueda cumplir. Solo juré utilizarte, tanto como tu me uses a mi, mientras alcanzamos el orgasmo de vengarnos al fin.
Ratch Kendel
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