Se quedaron las ganas y las expectativas esperando a que algún valiente se pusiera frente a ellas y les dijera que dejaran de ser tan ilusas, que la vida seguiría trayendo consigo de vez en cuando dolores y angustias, que no importa la cautela que se ponga en cada paso siempre existiran en el camino muchas piedras.
Y entre piedra y piedra hay mil formas distintas de morir, pero no conocen a Dios ni a la muerte y no saben cuando les tocará a la puerta la desdicha. Y prefieren ellas juntitas seguir viviendo a cuenta gotas, huyendole al dolor, como si eso en realidad fuera posible, como si viviendo a traves de un gotero pudiesen evitar el sufrimiento.
Se encuentra la locura rondando su puerta en cada dos por tres, esperando a que le den paso a su senda, para despeinarles las lagrimas y las sonrisas, para llenar de luces y sombras sus días, para condimentar su desabrida existencia, sosa y aburrida.
Se quedaron las ganas y las expectativas esperando a que les caiga la lotería, la buena suerte, la eterna fortuna de no volver a llorar por nada y por nadie. Que ilusas son, sí la vida perfecta no existe niñas!
En vez de estar mirandose en el espejo de utopias de la sala, hay que salir y quemarse, mojarse, abrazarse al ir y venir de la absurda existencia, desmelenarse, perderse y encontrarse, reir y llorar, besar, abrazar, amar, probar, desechar... conjugar todos los verbos con TODAS las ganas y sin muchas expectativas, finalmente es preferible quemar los cartuchos a esperar que se estallen en las manos.
Ratch Kendel
No hay comentarios.:
Publicar un comentario