Siento que nos faltó tiempo y se me quedaron varias cosas en el tintero. Me faltaron muchos te amo por decir, debi habertelos dicho millones de veces. Me faltó recordarte a cada segundo que eras el amor de mi vida, de esos amores que se guardan pero no se van, de esos que traen sonrisas con solo recordarlos.
El mejor regalo de la vida fue conocerte, haber escuchado tu voz por vez primera me llevo a tu mundo y me amarró a ti. Verte sonreir era un regalo de la vida para mi a diario, me iluminabas los días y calentabas mis noches con tu risa suave y contagiosa.
No alcancé a repertirte suficientes veces lo importante que era para mi tenerte en mi existencia, lo valiosos que eran tus abrazos y como entre tus brazos me sentía completa y segura, como me transportaban a tu alma lentamente y te grababan profundamente en mi ser.
No alcanzó el tiempo para que supieras que hubiera ido mucho mas lejos si así lo hubieras querido, hubiera viajado hasta la luna solo para esperarte mientras dabas una vuelta y acompañarte de vuelta.
Me faltó por decir que sí te ibas no moriria fisicamente pero si me quedaria sin corazón, que no existiría forma de recuperarme despues de tu partida, que viviría viendo solo la mitad del sol.
Nunca te dije cuanto siento haberte roto el alma y haberme traido conmigo lo más bonito de ti, no quería hacerte sufrir. Solo queria tus lagrimas de felicidad, tus suspiros despues de hacer el amor, tus arrugas al verte sonreir.
Que el dolor y la rabia me cegaron y renuncié al ser más maravilloso que había encontrado, que fui completamente egoista y pensé solo en mi y mis necesidades. Quise estar contigo en los momentos dificiles que vinieron despues, haber secado tus lagrimas con mis besos y haberte cobijado con mis cuerpo para que el dolor no llegara a ti.
Pensé en buscarte incontables veces pero no fui capaz porque aún hoy pienso que no merecias alguien como yo, merecias el mundo entero, un mundo que indudablemente yo no te podía ofrecer, merecias alguien que tuviera la fueza suficiente para soportar cualquier tormenta a tu lado, merecias un amor bonito, no una amor atormentado.
Merecias alguien que aguantara y resistiera y esa no fui yo.
Mi corazón latía con más fuerza por el simple hecho de solo pensar en ti, mis manos tocaban el cielo con solo rozar tus labios, mi cuerpo te amaba de formas completamente incomprensibles e irracionales. Cerraba los ojos y no podia alcanzar a describir lo que sentía por ti y la admiración que despertabas en mi porque nunca conocí a un hombre más trabajador y resistente que tu, porque verte hacer lo que te apasionaba hacia fluir la sangre por mis venas. Vibrabas con tu magia y conmovias mi mundo, me llevaste a ser una mejor versión de mi, a perseguir mis sueños, me enseñaste a amar con pureza.
Nunca desconocí tus defectos y tus errores porque eran justamente ellos los que al conjugarse con tus virtudes te hacia ser el tu grandioso y humano del que me enamoré perdidamente... y finalmente fueron ellos los que me llevaron lejos de ti.
Logré apaciguar mis sentimientos y encerrar el amor para que no me doliera pensando que tarde o temprano pasaría, pero desconocia que el amor cuando es verdadero nunca se va, siempre sigue ahí y desde entonces me ha estado persiguiendo para recordarme cada que te sueño, cada que te recuerdo, cada que te pienso, que eres el amor de mi vida y que no hay modo posible de olvidarte.
Me queman los besos que quedaron pendientes y que ya nunca podran ser, me pesan los silencios que dejamos de compartir y que son interrumpidos por el ruido que haces mientras revoloteas en mi mente.
Finalmente y solo me quedan las letras para decirte lo que nunca te he dicho y nunca te diré... porque ya no estas, y no estarás nunca más.
Ratch Kendel
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