sábado, 26 de agosto de 2017

ABSTINENCIA


Con la mente en blanco, 
sentada en este viejo banco, 
contemplo una hoja en blanco 
deseosa por recibir cualquier letra,
 rayón o trazo que caiga sobre su piel.

Y sostengo en mi mano un lapicero blanco, 
lo giro entre mis dedos como si así pudiera 
la inspiración fluir, pero es un objeto reprimido
esperando estimularse y derramarse en el papel.

Así transcurre la mañana, llega la tarde y cae la noche,
sin que el par de amantes puedan realizar
su habitual derroche de pasiones desbordadas,
en medio de lineas y renglones que permanecerán vacíos.

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