Muriendo por dentro lentamente.
Así estoy, muriendo mi corazón agoniza por tu desamor.
Un desamor que has creado para protegerte del dolor
dolor de angustia,
dolor de desconfianza
pero al fin de cuentas dolor.
Y el dolor cala tan hondo en nuestra alma
que nos impide ver con claridad,
nos tapa con ambas manos la cara
nos nubla la vista y la razón.
Ese dolor que te impide
ver mi arrepentimiento y mi amor,
que te lleva a escuchar lo que quiere que escuches
para que te duela más,
para que no me creas,
para que el dolor te siga acompañando.
Y el dolor no se va a ir así sin más,
antes de que decidas sacarlo de tu alma
va a hacer el mayor daño posible
sin importar a quien pueda herir en su camino.
El dolor es egoísta
y no puede vivir sin ti,
por ello a diario te da motivos
para que no lo dejes morir.
Ratch Kendel
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