Era el día de tu cumpleaños, y yo mas feliz que una perdiz, preparaba todo para celebrarlo: invite a tus amigos y tenia una botella de tequila esperando para bebérnosla enterita y pasar una grandiosa noche. Pero como cuando no la embarras de entrada, lo haces de salida, después de que los tragos se te subieran a la cabeza, ya no hubo quien te parara, y con una triste excusa arremetiste en contra mía. Me trataste a tu antojo y me dejaste claro -una vez mas- lo poco que significaba para ti. No te importo quien te escuchaba, mientras con tus palabras me dejabas por el suelo, y no contento con decirme lo inútil y poca cosa que era para ti, me dijiste de nuevo que nunca me quisiste, y que estabas conmigo por obligación mas no por amor.
Fue muy triste, es cierto, pero ese día empezó mi catarsis. Sin darme cuenta y lentamente, mi corazón roto comenzó a renacer de las cenizas como el ave fénix. Una de las personas que estaba en nuestra casa, a los pocos días de tu bochornoso cumpleaños, decidió que no podía seguir encubriendo tu engaño, menos cuando tu eras capaz de tratarme como te venia en gana delante de quien fuera, y me canto como un pájaro al alba la maravillosa aventura que tuviste con tu fulana.
Que sorpresa la que me he llevado, y mas aun al darme cuenta que cada que tu amante no te dejaba satisfecho por la razón que fuera, tu te ensañabas conmigo. Ese día decidí que no valías ni una sola de mis lagrimas, y por extraño que parezca no llore tu traición, todo lo contrario, mi catarsis fue evidente. Rompí a reír en cuanto me contaron todo, y sentí que me quitaba un peso enorme de los hombros. Hasta ese día mi corazón latió por ti.
Empece a vivir por y para mi, me corte el cabello, me lo cambie de color, me compre ropa nueva, y me puse guapa con la intensión de sentirme feliz. Descubrí que deje desperdicie unos cuantos años amándote sin amarme a mi misma, deje el destino de mi vida en tus manos para que tu lo arrugaras como a un viejo papel. Pero a tiempo recuperé la cordura y mi amor.
Por eso ahora solo puedo decir que tu maltrato no acabó conmigo, tu desdén no menguo mis ganas, y la catarsis que provocó tus maltrato y tu traición, han sido lo mejor que me pasó en la vida. Me recuperé a mi misma, y aunque en un principio quise odiarte, ahora solo puedo agradecerte por abrir mis ojos a mi misma, y dejarme ver que valgo mucho mas de lo creía. Ahora me amo lo suficiente como para mandarte al carajo y seguir con mi vida.
Ratch Kendel
No hay comentarios.:
Publicar un comentario