Al amanecer de un gran día
le precedio una corta noche
unos labios suaves
unas manos cálidas
un beso de miel.
Despertar sintiendo un cuerpo
el calor de un espíritu libre
el ardor de una mente desenfrenada.
En medio de palabras ineditas
entre suspiros incontenibles,
escuchando el suspiro de un corazón
que esta besando el alma.
Ratch Kendel